Los postulados
“científicos” más inamovibles y aceptados, tienden a ser alterados
continuamente. Un alimento pasa de ser un veneno en potencia a ser lo más sano.
Aquella cosa sanísima que hacia fuertes a los niños, pasa a ser una barbaridad.
Una de esas verdades
absolutas era que el afeitado hacía que el vello volviera a salir con más
fuerza y que si te afeitabas una vez, volverías a tener que afeitarte más a
menudo. Por eso, para una mujer no había error mayor que afeitarse a cuchilla
el rostro. Porque iba a ser una mujer barbuda y cada vez iba a necesitar afeitarse
más a menudo y vello cada vez más fuerte.
Pues no. Ahora
traen una moda asiática según la cual, el afeitado en las mujeres a cuchilla no
estimula la salida de vello más fuerte, y además posibilita un peeling o
raspado superficial de las capas externas del cutis, haciéndolo más suave y
terso.
Antes de la
moda del afeitado femenino facial, las mujeres, habían recurrido a la cera en
incluso el láser para acabar con el vello de la cara. Sin embargo, ahora parece
ser, que nada da mejores resultados que el afeitado normal y corriente.
Toda una
ruptura de esquemas.
Quizás detrás
de todo esto estén las técnicas de marketing y el intentar hacer negocio
creando nuevas “necesidades” como ha sido todo el esfuerzo por hacer que los
hombres consuman productos cosméticos. Si no ha dado resultado ¿por qué no
hacer que las mujeres consuman cosméticos masculinos?
Hay una ciencia al servicio del que paga. Universidades y asociaciones que elaboran bajo pago por parte de empresas, informes y artículos que luego exhiben en la prensa para dirigir a la opinión pública, que cree seguir criterios técnicos infalibles.
Hay una ciencia al servicio del que paga. Universidades y asociaciones que elaboran bajo pago por parte de empresas, informes y artículos que luego exhiben en la prensa para dirigir a la opinión pública, que cree seguir criterios técnicos infalibles.
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